Se saludaron, en sus miradas huidizas se leyeron mutuamente el deseo, que había llegado por distintos propósitos.
Se asomaron al balcón, trémulos de pasión y deseos contenidos, a contemplar la noche. Ella le dijo adiós sin intención de marcharse, él le dio un beso con máscara de despedida. Minutos después el tanga negro estaba en el galán, sobre los pantalones de él.
Se asomaron al balcón, trémulos de pasión y deseos contenidos, a contemplar la noche. Ella le dijo adiós sin intención de marcharse, él le dio un beso con máscara de despedida. Minutos después el tanga negro estaba en el galán, sobre los pantalones de él.