jueves, 6 de diciembre de 2012

UN ASUNTO DELICADO

 Puente de París 




En 1989 publiqué mi primer relato. Por primera vez uno de mis escritos fue editado gracias a Gutenberg y se convirtió en algo tangible, real, un “libro”: palabra mágica. Está incluido en un libro colectivo: Ciclos Narraciones, y mi relato se titula Un asunto delicado. Mis otros dos compañeros de viaje fueron Carlos Cebrián, con las Noches de Marzo e Isabel Beltrán con Stanbrook, la portada es un dibujo de Milagros Román.

Un asunto delicado consta de 22 páginas, y cuenta la historia de… Y aquí, al intentar recordar, es cuando tengo que poner freno a mis impulsos de narrar el argumento del relato; de pronto me siento asaltada por la pregunta: ¿Qué ocurrió hace 23 años en el mundo, en mi vida y en el relato? Debo admitir que apenas soy capaz de responderme. ¿Qué ocurre con todo lo que sucede en nuestra vida, con nuestra memoria histórica, y que sin duda va formándote y creándote como persona? ¿Está ahí aunque no seamos capaces de recordar nada o muy poco? ¿Forma parte de los pilares que nos sostienen sin los cuales nos derrumbaríamos? Entrar en debates filosóficos del tal envergadura, sería una torpeza por mi parte pues todo lo que sé sobre filosofía, a pesar de que constituye una de mis pasiones, se puede coger con pinzas, quiero decir que “solo sé que no se nada” (frase escrita por Platón atribuida a Sócrates, ya que este último no dejó nada escrito), lo cual no excluye mi pasión por conocer (lo que significa que me contradigo) y ande siempre buscando respuesta, no para sentenciar, sino para comprender.

¿Qué se puede hacer ante esta tesitura? Me refiero a qué puede hacer uno para salir del atolladero al descubrir que la memoria está obstruida, que es como un agujero negro ante el que es muy difícil avanzar. Diré lo que yo he hecho: recurrir a la luz de la memoria que otros guardan para que no nos perdamos en la oscuridad del olvido irrecuperable.

De esa manera, descubro que el 22 de enero de 1989, cuando mi relato era apenas un borrador sin pulir, fallece en París el escritor irlandés Samuel Beckett. Es el autor de la obra teatral mundialmente conocida: Esperando a Godot así como de numerosas novelas, y tanto en un género como en otro Beckett quiso transmitirnos la angustia indisoluble de la condición humana, que en última instancia redujo al yo solitario o a la nada. En 1969 le concedieron el premio Nobel de literatura. ¿Qué escritor no ha soñado con el premio Nobel de Literatura? Yo he de hacer una confesión, no niego que lo soñara porque soñar es algo que uno se puede permitir sin esfuerzo y sin tener que pagar tributo. Sin embargo también era consciente de que no solo con sueños se escriben libros merecedores de que por ellos te concedan el Nobel.

El 23 de enero de 1989, indudablemente mi relato seguía en las mismas condiciones que el día anterior, muere en Figueras Salvador Dalí, un genio original, paranoico, surrealista y estrambótico, que tuvo la suerte, y no tuvo reparos, de crear y mostrar todo aquello que llevaba dentro.

El 24 de marzo de 1989, mientras mi relato avanzaba, el petrolero Exxon Valdez vertía al mar 36.000 toneladas de petróleo en aguas de Alaska. Lamentablemente muy poco se ha hecho para impedir que estos desastres sigan contaminando nuestras aguas.

El 4 de junio de 1989, puede que mi relato ya estuviese pulido y preparado para entrar en imprenta, en la plaza de Tiananmen mueren centenares de jóvenes estudiantes chinos que reclamaban reformas democráticas. Al día de hoy es indudable que su muerte no fue en vano. ¿Quién se hubiese atrevido a pronosticar que veintitrés años después un señor chino, para ayudar a su nieta, pose como modelo vestido de mujer, y que esas imágenes aparezcan en las pantallas de todo el mundo con éxito? El león dormido empieza a despertar y hasta incluso puede que al estirar alguna de sus extremidades, en un gesto inocente de desperezo, provoque algunos desaguisados.

El 25 de agosto de 1989, cuando miles de turistas tendidos en la playa tostaban su piel gracias a nuestro querido y necesario Sol, la sonda espacial “Voyager 2”, que fue lanzada el 20 de agosto de 1977, llega a Neptuno y nos manda las primeras imágenes de este planeta. ¿No es realmente asombroso?

El 5 de octubre de 1989 el Dalai Lama, líder exiliado del Tíbet, es galardonado con el premio Nobel. China sigue dominando el Tíbet y los Lamas, de alguna manera, no dejan de ser sus prisioneros.

El 9 de noviembre de 1989, (tal vez ya se había presentado el libro o estábamos a punto de hacerlo) por fin cayó el muro de Berlín. Alemania deja de estar dividida y se enfrenta al reto de la reunificación. Es evidente que ha sido todo un éxito y que Alemania se ha convertido, de nuevo, en un país potente y es la cabeza dominante de la Comunidad Europea. No creo necesario aclarar a qué me refiero, pues aquí, en nuestra España, sufrimos día a día las consecuencias… como la tan traída y llevada Prima a la que nadie conocía ni sabía de su existencia y que de pronto se ha convertido en un familiar molesto y quisquilloso que invade, oscilante, nuestros hogares.

Sería absurdo negar que muchos de estos acontecimientos que he enumerado no están impresos en mi memoria, pero también debo reconocer que me hubiese resultado imposible ubicarlos en su año correspondiente, sin recurrir a la memoria histórica de una enciclopedia o de Internet. Llegado a este punto me pregunto: ¿cómo recordar algunos sucesos personales de ese año? No tengo escrito ningún diario al que acudir, y desde luego mi memoria no es precisa. El único retazo de 1989, se limita a un álbum de fotos, y ahora mientras lo repaso intento revivir esos días de Semana Santa en Nerja, sentada en el balcón del hotel frente al mar, o por las calles del pueblo blanco de Mijas. Luego paso a Sevilla, en el mes de mayo, a donde viajé en un tren como cuidadora accidental (una pequeña ayuda para las maestras) acompañando a casi noventa chavales en su excursión anual de fin de curso. Fue un viaje en el que bebí un poco de la savia nueva que todo niño lleva consigo.

En agosto visitamos Francia en coche. Un recorrido que comenzó en San Juan de Luz, La Rochelle, Tours, El Valle del Loira y llegó hasta el Monte San Michel, un lugar que soñaba visitar desde que vi un reportaje de Miguel de la Cuadra Salcedo (sino recuerdo mal) para luego, y después de pasar por Rouen, regresar a España haciendo una parada en el siempre añorado París. Más tarde, en octubre, fuimos hasta Albarracín, época en la que los chopos se visten de oro antes de que sus hojas alfombren los lechos del río.

Después de devolver el álbum a la estantería, ya solo me quedaba leer Un asunto delicado. He escuchado a varios escritores consagrados decir que rara vez releen su obra, lo que nunca les he oído comentar es la razón verdadera de ello. ¿Es posible que consideren que, después de tantos años, escriben mejor y no vale la pena recordar viejos tiempos, o quizás tienen miedo a reencontrarse con el escritor que querían ser y del que tanto se han alejado…? Es indudable que caben tantas posibilidades como autores. Lo cual me lleva a considerar que es mejor no entrar en ese laberinto de los demás y centrarme en mi propia encrucijada.

He leído mi relato y debo decir que siento una relajada satisfacción. No me he decepcionado. Del argumento quiero hablar muy poco, de hacerlo desvelaría la sorpresa final. Solo puedo decir que se trata de un Psicólogo en paro que acude a la llamada de un amigo, compañero de pensión durante los años de universidad, porque le pide ayuda profesional para un familiar.



Manuela Maciá






4 comentarios:

Maribel Romero dijo...

Es curioso que asocies la escritura de ese primer relato con los hechos históricos que acontecieron entonces, mientras lo ibas escribiendo. No sé si de todo ello dejaste huella en el texto, pero sin duda lo que nos rodea nos inspira, por tanto plasmamos en la ficción mucha realidad. Lúcidas reflexiones las tuyas. Y el libro lo tengo, volveré a revisar ese relato que ya he leído y que ahora me apetece volver a disfrutar.

Un abrazo.

Conxa Ruiz Jover dijo...

Manuela, es un honor tenerte como amiga. A ver si encuentras mas tiempo para este precioso blog! Ánimo. Un fuerte abrazo. Conxa.

Manuela Maciá dijo...

Gracias Maribel, espero poder seguir alimentando este blog con mis posteriores publicaciones.

Un abrazo

Manuela Maciá dijo...

El honor es mío, y con amigos como vosotros no tengais la menor duda de que haré todo lo posible por seguir vuestros deseos.

Un abrazo