viernes, 9 de abril de 2021

 

EDITORIAL, LC EDICIONES

En situaciones como esta, lo que más deseas es decir lo que piensas

o levantarte, abrir la puerta y salir. Pero ante mi hay una puerta infranqueable

y decir lo que pienso no es lo más conveniente, pues lo único

que lograría es que regresáramos a un clima que no me siento capaz

de soportar. Me repito constantemente que mantener la cordura, recurriendo

al análisis y la reflexión, es la mejor manera de no salirse de las

coordenadas, de sostener cierto equilibrio. No obstante, en ese preciso

momento, amiga mía, no me apetece ser lógica ni coherente, ni conservar

el equilibrio y aún menos ser prudente. Esa velada insinuación de

que tal vez sigamos allí mucho tiempo altera mi ánimo, así que, guardo

el calendario y cierro el bolso dispuesta a decir muchas cosas de las que

más tarde, sin duda, me arrepentiré.

No hay comentarios: